Roma. La Ciudad Eterna

26 noviembre 2008

Buenos dias, hoy voy a iniciar una nueva sección de ámbito más cultural sobre viajes, esperando que cada uno aporte sus nuevas experiencias y sus opiniones. Voy a iniciar la saga con mi último viaje: ROMA, la ciudad imperial, la ciudad de los Papas.

Roma no es una ciudad. Es la ciudad. La capital. El único lugar del mundo que ha sido referente mundial en los ultimos 25 siglos. Esto se nota y se respira en cada rincon. Entre sus calles se acumulan tesoros de todos los estilos artísticos, desde la grecia clasica, la ingenieria romana, basilicas paleocristianas y románicas, el renacimiento, el barroco, el neoclasicismo e incluso algún toque de modernidad disperso. Todo mezclado, reaprovechado y embellecido en un ambiente decadente y en un aparente caos.

Como decia una amiga mia, su color es el rojizo pardusco decadente y desconchao.

Pasear por las ruinas del Foro Romano, imaginando la vida de los Cesares es una gozada. Recordar la historia de la Antigua Roma, paseando por los escenarios de sus proezas y dramas. Recorrer sus colinas, con los explendidos restos de una grandiosidad que despues de 2000 años de expolio todavia no han podido eliminar.

Es dificil resumir esta ciudad porque cada rincon es único. A cada paso encuentras belleza en cualquier detalle. Las casas, las fuentes, las plazas, las calles, las escalinatas, los palacios, los restos de esculturas que encuentras por cualquier callejon, el rio que se serpentea reposadamente entre sus calles…

Parece un gran decorado, que sorprende que pueda estar tan vivo, y sin embargo lo está. Encuentras turistas, ciudadanos, gelatterias, curas, mercadillos en campo di fiore, pizzerias. En ocasiones piensas que estas en un pueblecito y en otras en la capital de las capitales.

Otro elemento a tener en cuenta son sus iglesias. Algunas espectaculares y otras modestas, pero todas mejoran cuando entras en ellas. La belleza se plasma en todo tipo de estilos, cada una diferente, cada una con su historia y sus circunstancias.

Por último, hablar de la comida y de la gente. La comida estupenda, aunque cae con demasiada frecuencia en las tipicas pizzas y pasta, pero hechas mucho mejor que las que se prueban aqui.

La gente muy maja, con un poco de esfuerzo se puede dialogar con un italiano. Quizas sea el idioma que tiene un acento más parecido al nuestro, lo cual facilita mucho para entenderse.

Lo que más me gustó: La Fontana de Trevi, el Panteon, el Coliseo y sobre todo pasear por Piazza Navona, Campo de Fiori, Piazza del Popolo o el Trastevere.

Ea, ahí queda eso.